• 1 pechuga de pollo
• 1 cucharada aceite

1. Aplaste a un grosor uniforme, aproximadamente 1 pulgada.

2. Cubra los trozos deshuesados y sin piel con una envoltura de plástico y utilice una sartén o lata pesada para aplanarlo.

3. Sazone ligeramente al gusto, como con sal, pimenta negra, sal para sazonar, o cebolla o ajo en polvo. Saltee 1 minuto por cada lado en una sartén ligeramente engrasada sobre fuego medio-alto. Los trozos estarán ligeramente dorados

4. Tape la sartén con una tapa ajustada. Reduzca el fuego a bajo; cocine por 10 minutos. No levante la tapa.

5. Apague el calor. Deje reposar por 10 minutos sin quitar la tapa.

6. Revise la temperatura. Si está por debajo de 165 grados F en la parte más gruesa, regrese a fuego lento hasta que la temperatura alcance los 165 grados

Refrigerelo que sobre dentro de las siguientes 2 horas o congele para un almacenamiento más largo.